Una de las manifestaciones más frecuentes de
los delitos de las muchedumbres es el linchamiento de presuntos delincuentes a
quienes se les imputan actos atroces.
La mayoría de estudios, sobre las causas de
los linchamientos de los azotes de barrio en las zonas populares, (según
estudio de Alexis Romero Salazar y Raima Rujano Roque) son las siguientes:
La desconfianza en las instituciones
encargadas de impartir justicia, como producto de la experiencia que han tenido
y con la facilidad con la cual los delincuentes se libran del castigo de la ley
formal, percibiéndolos como inoperantes.
La impunidad de los delitos, generando que
las victimas de los hechos punibles, en su mayoría no denuncien porque en su
experiencia directa o indirecta han detectado corrupción, demora en la
actuación de las instituciones e impunidad. La percepción de impunidad genera
en las personas un ánimo de frustración llevándolas a involucrarse en un acto
de violencia extrema contra un individuo de su propia condición.
En este mismo orden, puedo ejemplificar con
un caso sucedido en el estado Guárico, específicamente en la población del Socorro,
cuando un individuo que trabajaba como gandolero (lo llamare el colombiano a
partir de ahora) y con frecuencia transitaba por esa población, se fue ganando
el cariño de una niña con caramelitos y regalos. Al paso de un tiempo la niña
se desapareció consiguiéndola violada y asesinada, el colombiano, no fue visto más por la población del socorro,
pero al cabo de un año este sujeto en uno de sus tantos viajes se le accidenta
el vehículo precisamente en la Población del Socorro, es reconocido por uno de
los pobladores. Allí empieza acercarse más personas y el ambiente se calienta
al punto que el colombiano sale corriendo, mientras recibe múltiples golpes por
la población. El colombiano es salvado por unos funcionarios de Poliguarico y
lo llevan a la comisaria. Pero ante el resentimiento exploto la muchedumbre al
punto que sobrepasaron la seguridad de la comisaria, sacan al colombiano lo
guindaron en la plaza bolívar he hicieron “justicia” de su propia mano.
En el estudio realizado arroja que casi la
totalidad de los interrogados justifican la ocurrencia de los linchamientos
cuando el delincuente, al cual le ponen la etiqueta de “azote de barrio”, viola
o matan a un familiar muy querido en la localidad. En ello se estarían
concretando elementos de una legalidad popular o materializada un sentido de
justicia propio de los sectores populares.
Bibliografía:
Criminología, Freddy Zambrano, Editorial
ATENEA, pag 263 – 266.
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