El lavado de dinero,
no es otra cosa que el conjuntos de mecanismos y procedimientos que realizan
los delincuentes para dar apariencia de legalidad a bienes de origen
delictivos, corroyendo la economía de una nación al incrementar la demanda de
dinero en efectivo, lo cual puede que los tipos de cambio se vuelvan más
volátiles causando una inflación alta en países donde estos elementos
delictivos desarrollan sus actividades.
La actividad de
lavado se desarrolla como un proceso que transita por diversas etapas
(colocación, intercalación e integración). Los agentes de lavado recurren a
aquellos centros financieros que resultan tolerantes a esta actividad. Se trata
de los llamados “paraísos fiscales y financieros” que se hayan ubicados en
territorios o países con escasa o ninguna medida antilavado y donde esta
vigente un estricto secreto bancario.
El procedimiento de
“colocación” consiste en hacer circular el dinero en el sistema financiero
mediante el ingreso en varias cuentas bancarias de distintas personas
(testaferros) que puedan justificar el ingreso depositado, fraccionando
artificialmente el ingreso de la totalidad del dinero
Intercalación, este
segundo paso consiste en disfrazar esa masa de dinero ilícito, en dinero
licito, a través de inversiones como depósitos a plazo fijo, compra de títulos,
acciones e inmuebles que generen intereses para hacer circular en las
instituciones financieras.
Integración; esta
fase consiste en el retorno de los activos al patrimonio del sujeto con
apariencia de normalidad y legalidad, para ello, utilizan empresas creadas
especialmente para este tipo de tareas y una vez que el dinero esta
legítimamente introducido en el mercado, este es nuevamente colocado a plazo
fijo o invertido en grandes bancos, generalmente a nombre de compañías o
empresas.
En
derecho comparado se han establecido diversos sistemas para delimitar el
delito. Así existen sistemas que tipifican el lavado en función de los delitos
de tráficos de drogas entre ellos Francia, Ecuador o Chile; algunos como
Argentina, Colombia, México, España, Perú y Venezuela, lo hacen a tenor de
cualquier delito denominados de delincuencia organizada.
En
resumen, se sostiene a nivel internacional el lavado del dinero, proviene de un
delito previo, por ejemplo la operación de venta de drogas, y su producto
genera grandes cantidades de capitales que afectan la hacienda pública de toda
nación, las entidades bancarias deben tener políticas de seguridad. Ello involucra
una revisión y evaluación periódica de los clientes de los antecedentes
personales, laborales, patrimoniales, así como su condición social, capacidad
económica o desempeño profesional. De esa manera se podrá prevenir, detectar y
sancionar oportunamente conductas disfuncionales o corruptas que, de algún
modo, puedan facilitar el uso de las entidades financiera en cuanto
herramientas para el lavado de dinero.
Fuente: El Delito de Lavado de Activos y
Crimen Organizado, James Reategui Sánchez y Rolando Reategui Lozano. A&C
Ediciones.
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